Balada De Un Cuerpo Inerte es la ópera prima de Doctor Doppler.
Os contaba en la entrada anterior sobre mi vuelta al rock y el nacimiento de un nuevo proyecto con unos músicos y compañeros excepcionales. Experimento de alta composición; poesía y rock. Pero rock en el más amplio de su significado. De un equilibrado tan versátil que es imposible etiquetar.
Balada de un cuerpo inerte es una canción de larga duración que hemos dividio en tres actos; La Espera, La Muerte y La Reflexión. En nuestro canal de YouTube puedes encontrar los dos primeros actos.
«Puede parecer salvaje no disimular, resulta algo confuso y arriesgado». Así arranca la letra de este reto musical. Lo hace firme, después de calmar la sed del oyente con un pasaje de guitarras que se debaten entre el sur y el desierto. Siempre fui muy amante de la base de cada canción y su «noble caminar». Para terminar el primer acto un mensaje claro y en la frente; «no voy a pedir permiso nunca más, hablar de una generación perdida».
En el acto II aparece la agonía y el inevitable final que nos toca. Décimas y poesía entre cimientos de rock progresivo. Pegada firme bajo/batería y grandes guitarras. «Aunque me quieran señores, enterrado entre flores, condenado y sin futuro… soy ahorcado y despedida».
Para firmar como Doctor Doppler hace falta valentía y cinco «doctores chiflados» que en plena pandemia desafiaron la distancia y la creación presencial. Balada de un cuerpo inerte es una obra conceptual que se derrama sin ningún tipo de complejo.
Desde que abrimos las puertas del laboratorio «los doctores» no han dejado de soñar. Estamos naciendo desde cero. Es una barbaridad lo que hemos conseguido armar de la nada, en la distancia y con nuestras propias manos.
Queda el definitivo tercer acto. A partir de ahí disfrutaremos del tema completo. Entonces jugaremos a destripar mejor el concepto de una canción que le echa un pulso al decadente sitema desde el lado más humano de las cosas.
Larga vida a Doctor Doppler.